T X T J¿Los mexicanos somos los predilectos de la Virgen?
Y ahí al pie de la Cruz, Aquel que es El Amor hecho persona, quien ya nos había dado su palabra, sus milagros, su Divina Sangre, su Corazón, y estaba entregando su vida por nosotros! No quizo quedarse con nada, y también nos entrego lo único que le quedaba: Su Santísima Madre.
¡Bendito momento! Pues desde ese día, Ella no se ha olvidado de ninguno de sus hijos, a pesar de que nosotros si lo hemos hecho... Hoy 12 de Diciembre estamos celebrando a la Reina del Cielo, a la Santísima Virgen de Guadalupe, quien se ha elegido como pueblo predilecto a México, te preguntaras porque predilecto, pues déjame contarte un poco acerca de este hermoso Misterio...
¿Sabías que México es el único lugar donde la Virgen dejó algo de sí?
Así es, en otras advocaciones solo se sabe con certeza el lugar donde se dignó aparecer, veamos algunos ejemplos: La Virgen del Pilar, se custodia el pilar donde se posó, La Virgen de Lourdes, está la fuente de donde hizo brotar agua, la Virgen de Fátima, una replica de su imagen, etc. Sin embargo, la Santísima Virgen de Guadalupe, en México se dignó pintar su retrato por ella misma en la humilde tilma de San Juan Diego, con tanto detalle que ni las más largas investigaciones han podido poner peros, pues comenzando por el material de la tilma, esta debería estar ya desgastada, y su temperatura es la misma que la del cuerpo humano, a pesar de que el Cristal en donde se encuentra está a 15 grados, los detalles como el reflejo del obispo y de Juan Diego en los ojos de la Virgen no pudieron ser pintados por manos humanas, y la tinta con que fue pintada, no se ha encontrado igual ni parecida en la tierra. Por lo que sí, La Guadalupana nos eligió para dejar una parte de Ella, su retrato.
Yo creo que todos hemos escuchado que María es la Madre de la humildad, pero ¿ya te fijaste como en lo que parece más pequeño, Ella ha dejado lo más grande? Si, en un hombre que parece ignorante a los ojos del mundo, en un cerro que pocos conocían, en un pueblo donde la Fe apenas estaba creciendo, ahí se manifestó. Hoy, tu Santísima Madre, quiere manifestar la grandeza De Dios en tu vida, en tu corazón, si no eres muy cercano a Ella, es el momento de volverla a ver, y digo voltear, porque María siempre ha estado contigo, pues no te olvides que Jesús te la entrego como Madre... pero también te entrego a Ella como su Hijo. El mismo Jesús te consagró a su Madre incluso antes de que nacieras.
En mi experiencia..
Lo que voy a contarte ahora es un poco de lo que he pasado en este camino, a lo largo de mi vida he experimentado tiempos realmente duros, difíciles, donde por voluntad Divina he pasado por desolaciones, por momentos en que la presencia De Dios parece indiferente, las dudas llegan, las tentaciones aumentan, y los problemas parecieran ser cada vez más difíciles, y ciertamente puedo decirte que en esos momentos, no sentía en lo absoluto a Dios, y muchas veces pensé en rendirme, pero sabes que pasaba? Apenas pensaba en la Santísima Virgen y podía sentir ese amor maternal, ese consuelo, esa ternura que me abrazaba y me decía al oído que perseverara. Afortunadamente, este tiempo pasó y mi Fe se fortaleció, sin embargo, si no hubiera sido por María, probablemente ahora mismo no estarías leyendo esto.
Así que hermano / hermana, hoy es un gran día!!! Hoy la Reina de México está de fiesta, y está esperando con los brazos abiertos para derramar todas esas gracias que Dios ha designado especialmente para ti, pero que solo a través de su preciosa mediación lograras alcanzar. Te invito a que le abras el corazón a tu Madre del Cielo, a que le dejes enamorarte de su Hijo, a que te dejes guiar por Ella en este camino que a veces se vuelve pesado, pues te aseguro, que aunque te falte todo, teniéndola a María, la batalla está ganada.
Aquí te dejo una pequeña oración de Consagración a la Santísima Virgen:
¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía!, yo me ofrezco del todo a Ti y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser, ya que soy toda/o tuya/o, ¡Oh Madre de bondad! Guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén (Ave María)
"No tengas miedo de amar demasiado a la Virgen, nunca podrás amarla más que Jesús"
